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Consumido moderadamente protege contra las enfermedades cardiovasculares, combate el envejecimiento de la piel y reduce las alergias. ¿De qué alimento estamos hablando? Exacto, del vino.
El vino, ese gran acompañante de todas nuestra comidas y cómplice de tantos brindis. Y es que, ¿quién no ha disfrutado de un gran momento en buena compañía con una copa de vino en la mano?
Nuestra bebida nacional, que tan pronto acompañaba a nuestros abuelos en el porrón encima de la mesa como luce en la copa más brillante del hotel más selecto.
Tales son sus propiedades y beneficios, que incluso hoy en día la vinoterapia nos ofrece disfrutar de ellas sin tener que beberlo.
Sin embargo, la recomendación de beber una copa de vino diaria está presente en muchas casas. Tomado con moderación, son muchos los beneficios que aporta a nuestro organismo:
- Es bueno para el corazón, ya que reduce el riesgo de sufrir una enfermedad cardiovascular. Aumenta el colesterol bueno y reduce el malo.
- Sus cualidades antioxidantesprevienen contra el envejecimiento celular prematuro.
- Facilita la digestión, gracias a su acidez natural.
- Su acción antibacteriana y antihistamínica reduce las alergias.
Aunque un estudio reciente en el que ha participado la Universidad de Barcelona señala que no es tan beneficioso como se dice.
Pero como toda moneda, el consumo de vino tiene su cara y su cruz para nuestros dientes.
En el lado bueno, recientes estudios de científicos italianos encontraron que el vino tinto contiene compuestos químicos que evitan que las bacterias nocivas se adhieran a los dientes, por lo que podría ayudar a prevenir la caries dental.
En el lado malo, ¿cuántas veces después de beber un par de copas de vino nos hemos encontrado nuestros labios y dientes manchados?
Al igual que otras bebidas como el té y el café, el efecto que produce el vino en nuestros dientes puede notarse a simple vista. Sin embargo, también podemos encontrar problemas más difíciles de visualizar.
Estudios recientes han demostrado que el vino blanco erosiona el esmalte dental de los dientes con mayor facilidad que el vino tinto.
Esto significa que nuestro esmalte dental, la capa protectora que tenemos en el exterior de los dientes, se vuelve más sensible y delicada, por lo que su protección frente a las caries, disminuye. Y además, los dientes se vuelven más amarillentos.
Comer queso al mismo tiempo que se bebe vino blanco ayuda a contrarrestar estos efectos, ya que el queso es un alimento rico en calcio. Esto ayuda a neutralizar y aumentar el poder de remineralización de la saliva para detener el ataque de los ácidos.
Otra medida preventiva importante que se debe tener en cuenta es dejar pasar al menos 30 minutos antes de proceder al cepillado de los dientes, después de haber consumido vino. Así, le damos al esmalte la oportunidad de recuperarse del ataque ácido y es menos susceptible al cepillado.
Los alimentos con un color muy intenso, como el vino tinto, tienen la habilidad de que sus pigmentos se adhieran al esmalte dental, provocando las tan temidas y poco deseadas manchas dentales.
Por eso, beber vino tinto a largo plazo puede producir variaciones en el color del esmalte de los dientes, y que éste empiece a tornarse hacia un color más amarillento.
Cuando se beben un par de copas de vino tinto y aparecen de pronto manchas en los dientes, la mayoría de la coloración es una capa de saliva teñida que desaparece si enjuagamos la boca con un poco de agua.
Sin embargo, si la superficie de tus dientes tiene el esmalte debilitado y poroso, los pigmentos se adhieren a capas más profundas del dientes, por lo que será más difícil eliminarlas.
Ningún vino marida con nuestros dientes si no se tienen en cuenta unas sencillas pautas:
- Mantener el esmalte limpio, es decir, llevar a diario una buena higiene dental.
- Beber mucha agua, para arrastrar restos de ácidos en nuestro esmalte dental después de las comidas con vino.
- No cepillarse los dientes inmediatamentedespués de beber vino.
Por contra, cuando la decoloración de los dientes es un hecho, la mejor solución es realizar un tratamiento de blanqueamiento dental a manos de un profesional.
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