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Las enfermedades periodontales podrían incrementar en un 40% el riesgo de padecer un ictus. Y es que, las personas que sufren esta patología segregan bacterias en sangre que pueden llegar a movilizar la placa ateroma y desencadenar el infarto. Además, el accidente cerebrovascular tiene una mayor incidencia en las personas mayores, quienes tienen una salud bucodental más delicada.
Según Blas Noguerol, Coordinador del Libro Patología Periodontal y Cardiovascular, «aunque los mecanismos que justificarían la relación entre las enfermedades periodontales y el ictus son los mismos que para el infarto, la evidencia no es tan consistente, pues hay menos evidencia basada en artículos científicos».
Lo cierto, apunta por su lado Miguel Carasol Director del Comité Científico de la Sociedad Española de Periodoncia (SEPA), es que desde 1989 se conoce la asociación entre las enfermedades periodontales y los accidentes cerebrovasculares. «Actualmente se sabe que una persona con periodontitis tiene 1,6 veces más riesgo de sufrir un ictus que las personas sanas periodontalmente o con gingivitis. Este riesgo no es muy elevado, pero el problema es que estamos hablando de enfermedades muy frecuentes y con graves consecuencias para el paciente, muy especialmente en el ictus. Hay que tener en cuenta que, según estudios muy recientes, casi la mitad de los americanos adultos mayores de 30 años padecen periodontitis moderada o severa». Todo lo anterior, apostilla, constituye un problema evidente de salud pública.
Reacción inflamatoria
¿Cómo es posible que puedan relacionarse dos grupos de enfermedades aparentemente tan dispares? Carasol explica que cuando sufrimos un trauma en una rodilla «se provoca una reacción inflamatoria aguda y local». Hay otras situaciones, y este es el caso de la periodontitis, donde se «crea un estado de inflamación crónica como consecuencia de la agresión continuada de las bacterias y la respuesta de defensa que genera el paciente».
Esta inflamación crónica no solo se limita a la encía, sino que las bacterias y sus productos dañinos pueden circular por el resto del organismo a través de la sangre e influir en procesos generalizados tan importantes como la arteriosclerosis, contribuyendo a la formación de placas de ateroma en las arterias, llegando a obstruir la circulación sanguínea y provocar infartos de miocardio, ictus isquémicos, etc. «Por eso la periodontitis se ha llegado a relacionar con estas enfermedades », reconoce.
Tabaco, hipertensión…
Es evidente que la periodontitis no es la causa principal de los ictus, ya que hay factores de riesgo muy importantes (tabaco, hipertensión, etc.), pero se han publicado algunos estudios preliminares que sugieren que los pacientes que tratan su enfermedad periodontal pueden tener una incidencia menor de ictus isquémicos (no hemorrágicos) en el futuro. «Sorprendentemente, esto es más llamativo en pacientes jóvenes, a pesar de que el ictus es mucho más frecuente en la edad adulta avanzada».
En cualquier caso, añade, la importancia de la salud periodontal está traspasando la frontera de la boca, ya que cada día está más claro su papel en el estado de salud y bienestar general de las personas. «Si además contribuye a mitigar, aunque sea de forma discreta, el drama o tragedia del ictus en la persona y su entorno, tanto mejor».
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