Cómo limpiarte los dientes con retenedores

por | May 22, 2025 | Noticias clínica dental SDS

Después de terminar un tratamiento con Invisalign, casi siempre toca llevar retenedores. Unos pequeños y discretos, sí, pero que necesitan atención si no quieres que tu boca acabe hecha un desastre. Muchos piensan que basta con seguir cepillándose como siempre y meter los retenedores en su cajita sin más. Error.

El problema es que los retenedores se apoyan sobre los dientes y las encías durante horas. Si quedan restos de comida o placa, la fiesta de bacterias está servida. Por eso conviene ajustar tu rutina de higiene.

Primero, empieza por lo básico: un buen cepillado. Pero no rápido y descuidado, sino meticuloso. Dedica al menos dos minutos, con un cepillo de cerdas suaves y pasta con flúor. Llega bien a la línea de las encías y a las muelas del fondo. No olvides la lengua: ahí también se acumula suciedad.

El hilo dental es tu aliado. Entre los dientes siempre quedan restos que ni el mejor cepillo alcanza. Si no eres amigo del hilo clásico, puedes usar cepillos interdentales o irrigadores de agua. Es cuestión de encontrar lo que te resulte cómodo.

Y ahora viene lo que muchos pasan por alto: los propios retenedores. Hay quien los enjuaga bajo el grifo y listo. Pero eso no basta. Hay que limpiarlos a diario con un cepillo diferente al de los dientes (para no traspasar bacterias) y jabón neutro o pastillas específicas para prótesis. Nada de pasta de dientes: es abrasiva y puede rayar el plástico.

Cuando no los lleves puestos, guárdalos en su estuche limpio y seco. No los envuelvas en servilletas ni los dejes por ahí, porque acumulan polvo y corren el riesgo de acabar en la basura.

Tipos de retenedores

Después de la ortodoncia, los dientes tienden a volver a su sitio original si no se inmovilizan, y para eso están los retenedores. El hueso y las encías necesitan tiempo para adaptarse a la nueva alineación.

  • Retenedores móviles: Son transparentes y similares a las férulas de Invisalign, que se ponen y se quitan fácilmente.
  • Retenedores fijos: Se trata de un alambre pegado a la cara interna de los dientes anteriores, generalmente de canino a canino, llamado retenedor lingual fijo. Es discreto y no se ve al hablar ni sonreír, pero requiere todavía más cuidado al limpiar los dientes porque dificulta el paso del hilo dental.

Si llevas uno fijo, el cepillado debe ser aún más cuidadoso. Inclina el cepillo para alcanzar la zona donde el alambre toca los dientes y dedica tiempo a esa línea. Un cepillo interdental o un hilo con enhebrador te ayudará a limpiar entre los dientes y por debajo del alambre, donde tiende a acumularse placa. Algunos incluso recurren a irrigadores bucales para arrastrar la suciedad de las zonas difíciles.

Si se te rompen o pierden los retenedores, no intentes apañarlos con pegamento ni los sigas usando si están dañados. Llama a tu ortodoncista cuanto antes. Cuanto más tiempo pases sin retenedores, más riesgo hay de que los dientes empiecen a moverse.

Si se te rompen o pierden, no intentes apañarlos con pegamento ni los sigas usando si están dañados. Llama a tu ortodoncista cuanto antes. Cuanto más tiempo pases sin retenedores, más riesgo hay de que los dientes empiecen a moverse.

Un detalle más: las revisiones con tu dentista siguen siendo importantes. Aunque el tratamiento haya terminado, él puede detectar si hay sarro, inflamación o si los retenedores se están deteriorando.

En resumen, se trata de ser constante y un poco maniático. Porque una sonrisa alineada merece mantenerse sana. Y nadie quiere haber pasado meses con Invisalign para luego estropearlo por no saber limpiar bien… o por no cuidar los retenedores como se debe.